I Congreso Fundacional, Villena 1974

El I Congreso de las Fiestas de Moros y Cristianos y el nacimiento de la UNDEF.

El I Congreso Nacional de las Fiestas de Moros y Cristianos, celebrado en el Teatro Chapí de Villena del 30 de agosto al 2 de septiembre de 1974, se puede decir que ha sido el acontecimiento más importante de las fiestas de Villena en toda su historia, sobre todo por tres razones. En primer lugar, fue la aportación al estudio de las Fiestas de Moros y Cristianos más importante hasta entonces y supuso un auge importantísimo en la investigación festera y el comienzo de esta en muchas poblaciones en que apenas existía. Y, en segundo lugar, porque tuvo dos consecuencias importantísimas. La primera, que le dio un enorme prestigio a Villena entre todos los pueblos festeros y, la segunda, que de él, y concretamente de su conclusión nº 28, nació la Unión de Entidades Festeras de Moros y Cristianos (UNDEF), que comenzó con 25 poblaciones pero en la actualidad cuenta con 53. Es justo, pues, celebrar su 25 aniversario, recordando como fue y, para ello, están las Actas del Congreso, que fueron publicadas en dos tomos dos años después, en 1976. En ellas figura la crónica del Congreso (pag. 13-76), escrita por José María Soler, donde se recoge todo lo acontecido en él. Se editó también un boletín del Congreso, titulado Embajada, donde se puede seguir todo el proceso de preparación y organización. Y Francisco Prats Esquembre, secretario del Congreso, y Antonio Sempere Bernal escribieron un artículo fundamental sobre ello, titulado “La trastienda del congreso”, que se publicó en la revista anual Día cuatro que fuera de 1996 (pag. 216-220), aunque sin el apartado referente a Alcoi, que tuvo que ser eliminado por los autores ante la insistencia de algunos de los antiguos organizadores del Congreso. Pero los historiadores buscamos el trasfondo, aquello que nos explica las claves de todo lo que ocurrió, y para ello es necesario recurrir, primero, a los testimonios no escritos del mayor número de personas posible y, segundo, al análisis profundo de todos los datos disponibles, tanto escritos como orales. Y, lo que no se ha hecho todavía es un comentario sobre el contenido de los trabajos presentados al Congreso ni sobre la principal consecuencia derivada de él, que fue la creación de una entidad festera supralocal como la UNDEF.
            La idea de celebrar el Congreso partió de Vicente Prats Esquembre, entonces presidente de la Junta Central de Fiestas, en septiembre de 1972. Enseguida se formó la Comisión organizadora y, al principio, tuvo el apoyo municipal, programando su celebración para los primeros días de septiembre de 1973, finalizando con la Entrada del día 5 de septiembre. Los temas de las ponencias serían, en principio, Embajadas, Música Festera, Orígenes de la Fiesta, Financiación y Aspectos Jurídicos. Sin embargo, en la reunión del 22-1-1973, el alcalde Pascasio Arenas López dijo que el Congreso no se podía celebrar en 1973 por falta de dinero y que el Ayuntamiento sólo podría aportar 150.000 pts. para el año siguiente, cantidad que era del todo insuficiente. El 14-9-1973 Pascasio Arenas López es sustituido en la alcaldía por Bernardo Hernández Hernández y, el 31-1-1974, es nombrado nuevo alcalde José García Galbis, quien demuestra su total apoyo al Congreso. Su condición de Diputado Provincial y su influencia política, junto a la influencia política del Jefe Local del Movimiento y miembro de la Comisión organizadora del Congreso Francisco Salguero Porcel, debieron ser decisivas a la hora de conseguir el millón y medio de pesetas con el que la Diputación subvencionó el Congreso. Como anécdota curiosa, los 3 diputados provinciales alcoyanos fueron los únicos que votaron en contra de dicha subvención.
            La reticencia del alcalde Pascasio Arenas López a apoyar la celebración del Congreso pudo ser una consecuencia de las circunstancias que envolvieron a la creación de la Junta Central de Fiestas, que se independizó del Ayuntamiento en 1970 por el descontento de las comparsas ante la mala organización de las fiestas de 1969, con los naturales recelos del Alcalde y de la Corporación. La nueva institución, no sólo no fracasó como esperaba la municipalidad, sino que se consolidó en los años siguiente hasta el punto de proyectar la organización de un Congreso nacional, que además los organizadores pretendían que no estuviera politizado. Sin embargo, por testimonios dignos de crédito hemos sabido que el alcalde era reticente a la celebración del Congreso porque consideraba que sus organizadores no estaban capacitados para llevarlo a cabo con éxito. Así, en “círculos reducidos” solía decir: “Y estos van a organizar el Congreso …!. Pero, si no han estudiao …!. Si, son unos inútiles …!. Si, no saben hacer la ‘o’ con un canuto …!”.
            El otro problema fundamental, que marcó la celebración del Congreso y ha sido determinante en la posterior historia de las fiestas de moros y cristianos, fue la autoexclusión de Alcoi desde el primer momento, a pesar de la actitud conciliadora y favorable que siempre tuvieron los organizadores. Desde el principio, el presidente de la Asociación de San Jorge, Jorge Silvestre, dijo que su ciudad no participaría en el Congreso de Villena porque “Alcoi es la madre de todas las fiestas” y porque temía que hubieran “francotiradores” que atacaran la primacía de las fiestas de Alcoi. Esta creencia en la superioridad de las fiestas de Alcoi y estas manías persecutorias contra todo lo que la pudiera contradecir, muy típicas de esa ciudad, llevaron a que Alcoi no participara en el Congreso oficialmente y a que Jorge Silvestre les prohibiera a los estudiosos alcoyanos que lo hicieran por su cuenta. A pesar de ello, estos fueron más inteligentes que su presidente y comprendieron la necesidad de su participación, de tal forma que, tras la fiestas de Villena de 1973, se incorporaron a la comisión los aloyanos Salvador Domenech Llorens, que había sido cronista de la Asociación de San Jorge hasta 1969 y desde 1965 residía en Crevillente, y José Luis Mansanet Ribes, que había sido secretario de dicha asociación hasta 1970. Ambos tuvieron una influencia decisiva en el Congreso y, al principio, tuvieron problemas con la Asociación de San Jorge. Por testimonios fiables, hemos sabido que los alcoyanos pensaban celebrar un congreso sobre las fiestas de moros y cristianos en 1976, con motivo del 7º centenario de la aparición de Sant Jordi en auxilio de los cristianos contra Al-Azraq, que ellos consideraban como el inicio de sus fiestas. Villena se les adelantó, por tanto, sin que los organizadores villenenses supieran nada de ese proyecto alcoyano. A pesar de ello, los estudiosos alcoyanos comprendieron que no podía celebrarse un Congreso de Fiestas de Moros y Cristianos sin la participación de su ciudad porque, entonces, las fiestas de Alcoi sí que se verían realmente perjudicadas.
            En la asamblea del 31-3-1974, celebrada en la Vila Joiosa, Jose María Soler presentó los temas de las ponencias, que se habían variado con respecto a los proyectados al principio. La primera ponencia, titulada “El problema religioso en la fiesta” la realizaría el padre Beguiristáin; la segunda, “Presente y futuro de la Fiesta” la haría Alfredo Rojas, que había sido el primer presidente de la Junta Central de Fiestas; la tercera, “El problema económico”, el empresario sajeño Joaquín Barceló; y, la cuarta, “La organización institucional”, el jurista y estudioso alcoyano José Luis Mansanet. Un mes antes del Congreso, el padre Beguiristáin comunicó que no podía presentar la ponencia y ésta se le encargó al bocairentino Francisco Vañó Silvestre, que era párroco de la Iglesia alcoyana de San Mauro. Se habían suprimido, por tanto, los temas de “Embajadas”, “Música Festera” y Orígenes de la Fiesta”. Finalmente, el Congreso fue un éxito en todos los aspectos, como es sabido.
            En cuanto al contenido, se presentaron las cuatro ponencias mencionadas, con los siguientes títulos definitivos:
  • Primera Ponencia: “La religión y la Fiesta de Moros y Cristianos”, por Francisco Vañó Silvestre. Le siguieron 6 comunicaciones sobre este mismo tema.
  • Segunda Ponencia: “Presente y futuro de la Fiesta”, por Alfredo Rojas Navarro. Le siguieron 8 comunicaciones sobre la problemática y los diversos aspectos de la fiesta en general
  • Tercera Ponencia: “El problema económico de la Fiesta”, por Joaquín Barceló. Le siguió una sola comunicación, sobre este mismo tema.
  • Cuarta Ponencia: “La Fiesta de Moros y Cristianos como institución y su organización”, por José Luis Mansanet Ribes. Le siguieron 4 comunicaciones más, sobre este mismo tema.
            A continuación se presentaron las demás comunicaciones, en un apartado llamado “Comunicaciones Varias”, que fueron 12 sobre Historia de la Fiesta, 5 Descriptivas, 5 sobre Literatura y Música, y 4 sobre Metodología, finalizando con la lectura de las Conclusiones Definitivas. En total, se presentaron las 4 ponencias y 45 comunicaciones, que trataron todos los aspectos de la fiesta y constituyeron el estudio más completo sobre ellas hasta ese momento. La mayoría trataban los temas en general, pero hubo algunas referidas a poblaciones concretas, tanto de nuestra zona como de otras poblaciones más alejadas. Así, se presentó una comunicación sobre las fiestas de Zújar (Granada), otra sobre Pollensa (Baleares) y otra sobre Campillo de Arenas (Jaén), además de otra sobre las fiestas de Galicia, otra sobre las de Méjico, otra sobre las de Guatemala y otra sobre las de América en general. Sobre las fiestas de poblaciones concretas de nuestra zona se presentaron muy pocas comunicaciones, en relación al total de todas ellas:
  • 1 sobre Sax, por Francisco Herrero Herrero.
  • 1 sobre Biar, por Antonio Navarro García.
  • 1 sobre Caudete, por el padre Simón Serrano.
  • 1 sobre Villena, por José María Soler García.
  • 3 sobre Bocairent, todas por el padre Francisco Vañó Silvestre.
  • 4 sobre Alcoi, por Julio Berenguer Barceló, Salvador Dom…enech Llorens, Adrián Espí Valdés y Rogelio Sanchis Llorens.
            A pesar de no haber participado oficialmente en el Congreso, el mayor número de comunicaciones sobre poblaciones concretas se refirieron a Alcoi, de forma explícita en sus respectivos títulos. Ello se explica porque la investigación sobre las fiestas de moros y cristianos se inició en Alcoi y, en aquellos momentos, los alcoyanos eran casi los únicos que habían investigado sobre ellas, contrastando esto con los escasos estudios que existían sobre las fiestas de las demás poblaciones. Pero, lo que realmente sorprende es el alto número de alcoyanos que presentaron sus trabajos en el Congreso y, además, la cantidad de trabajos que presentó cada uno de ellos. Así, de los 49 trabajos presentados (4 ponencias y 45 comunicaciones), nada menos que 20 fueron de autores alcoyanos o residentes en Alcoi (2 ponencias y 17 comunicaciones), teneniendo en cuenta que 4 de ellos (1 ponencia y 3 comunicaciones) los presentó el padre Vañó que, aunque bocairentino de nacimiento, residía en Alcoi y allí vivió hasta su muerte. Como contraste, los trabajos presentados por autores de Villena, que era la ciudad organizadora, sólo fueron 8 y se repartieron así:
  • 3 de José María Soler García, 2 de tema general y 1 sobre Villena (24 páginas), titulada esta última “Origen de las fiestas de Villena en honor de la Virgen de las Virtudes”.
  • 1 de Alfredo Rojas Navarro, que fue la 2ª ponencia, de tema general (20 páginas).
  • 1 de Ginés Pardo García, de tema general (7 páginas).
  • 1 de Francisco García Martínez, de tema general (4 páginas).
  • 1 de Restituto López Hernández, de tema general (6 páginas).
  • 1 de Antonio Azorín Juan y Francisco Prats Esquembre, de tema general (4 páginas).
            Después de Alcoi y Villena, fueron los sajeños los que más trabajos presentaron. Los 3 autores de esta población presentaron en total 4 trabajos, 1 ponencia y 3 comunicaciones:
  • 1 ponencia de Joaquín Barceló Verdú, de tema general (24 páginas).
  • 2 comunicaciones de Juan Chico Amat, de tema general (16 páginas).
  • 1 comunicación de Francisco Herrero Herrero, sobre las fiestas de Sax (7 páginas).
            Francisco Vañó Silvestre, nacido en Bocairent, presentó él sólo 4 voluminosos trabajos, 1 ponencia de tema general (42 páginas) y 3 comunicaciones sobre Bocairent (100 páginas). Los autores de las demás poblaciones representadas en el Congreso ya sólo presentaron una comunicación por congresista. Pero es curioso analizar lor autores alcoyanos, que presentaron los 16 trabajos en el Congreso. Fueron los siguientes:
  • 7 de Salvador Domenech Llorens (66 páginas), 6 de tema general y una sobre las fiestas de Alcoi.
  • 5 de José Luis Mansanet Ribes, que presentó la 4ª ponencia y 4 comunicaciones (77 páginas), todas de tema general.
  • 1 de Julio Berenguer Barceló, sobre las fiestas de Alcoi (13 páginas).
  • 1 de Adrián Espí Valdés, sobre las fiestas de Alcoi (28 páginas).
  • 1 de Rogelio Sanchis Llorens, sobre las fiestas de Alcoi (12 páginas).
  • 1 de Ernesto Valor Calatayud, sobre las fiestas de Alcoi (38 páginas).
            Pero, además de que la participación alcoyana fue abrumadora, los trabajos presentados por los autores alcoyanos se refirieron explícitamente a las fiestas de Alcoi. Así lo hicieron todos los autores que presentaron un sólo trabajo, Salvador Dome…nech en una de sus 7 comunicaciones y José Luis Mansanet, aunque no lo explicitó en el título de ninguno de sus 5 trabajos, sí que les dio un protagonismo significativo en la mayoría de ellos, sobre todo en su ponencia. Pero es que, además de ser los que presentaron el mayor número de trabajos, éstos fueron los más extensos y los que ocuparon un mayor número de páginas. Así, de las 582 páginas que ocuparon en las Actas las 49 ponencias y comunicaciones, nada menos que 236 correspondieron a las presentadas por los 6 autores alcoyanos. Si se le suman las 142 ocupadas por las del padre Vañó, los autores alcoyanos o residentes en Alcoi ocuparon 378 páginas, que contrastan con las 73 de los 6 autores villenenses o las 47 de los 3 autores sajeños. Sólo la ponencia y las 4 comunicaciones de José Luis Mansanet ocuparon 77 páginas y las 7 comunicaciones de Salvador Dom…nech, 66 páginas, lo que contrasta con las 24 de las 3 comunicaciones de José María Soler y las 20 de la ponencia de Alfredo Rojas. Esto quiere decir que los trabajos de los autores alcoyanos han ocupado nada menos que el 40’55% de las páginas y los autores alcoyanos o residentes en Alcoi, nada menos que el 59’79%, mientras que los de Villena sólo han ocupado el 12’54% y los de Sax, el 8’07%. Los porcentajes, por tanto, reflejan nítidamente este hecho:
Autoresnº de trabajosnº de páginas% de páginas
Alcoyanos
16
236
 40’55%
Alcoyanos + residentes
20
348
 59’79%
Villenenses
8
73
 12’54%
Sajeños
4
47
 8’07%
Otros
17
114
 19’58%
Total
49
582
100%
            Pero este claro protagonismo alcoyano no fue sólo cuantitativo, sino también cualitativo, porque los autores alcoyanos ejercieron su alcoyanía de forma bastante evidente y sin ningún disimulo. Los títulos de las comunicaciones ya son bastante significativos:
  • Salvador Domenech Llorens (66 páginas): 6 de tema general y una sobre las fiestas de Alcoi, titulada “La conciencia histórica sobre las Fiestas de Moros y Cristianos. El cargo de Cronista de Fiestas en Alcoy”.
  • José Luis Mansanet Ribes, todas de tema general.
  • Julio Berenguer Barceló: 1 sobre las fiestas de Alcoi (13 páginas), titulada “Fundamento religioso de los moros y cristianos de Alcoy”.
  • Adrián Espí Valdés: 1 sobre las fiestas de Alcoi (28 páginas), titulada “La fiesta de moros y Cristianos de Alcoy en la conmemoración del VI centenario.1876″.
  • Rogelio Sanchís Llorens: 1 sobre las fiestas de Alcoi (12 páginas), titulada “Raices históricas de la Fiesta de Moros y Cristianos de Alcoy”.
  • Ernesto Valor Calatayud: 1 sobre las fiestas de Alcoi (38 páginas), titulada “La música y los músicos alcoyanos en la Fiesta de Moros y Cristianos”.
            Pero, no sólo destacaron la primacía de las fiestas de Alcoi en los títulos de sus comunicaciones, sino también en el contenido de ellas. José Luis Mansanet hizo en su ponencia una auténtica Historia de las Fiestas de Moros y Cristianos en general, posiblemente la primera que se haya hecho para todos los pueblos que las celebran y, aunque este autor no incluyó el nombre de Alcoi en los títulos de sus trabajos, defendió la “primogenitura alcoyana” en su ponencia (página 362), basándose en la Célebre Centuria de Vicente Carbonell, editada en Valencia en 1672, que describe las fiestas de Alcoi de 1668:
            “Pero Alcoy debió ser entre ellas probablemente la primera que desarrolló la soldadesca y la transformó en Fiesta de Moros y Cristianos. La primogenitura alcoyana de esta creación en el área valenciana es evidente, y esto dicho por un alcoyano podría parecer exceso de patriotismo local, por lo que pido indulgencia, pero el estado actual de la investigación lo abona por las siguientes razones: a) porque el documento más antiguo conocido sobre esta materia se refiere a la fiesta de Alcoy en la época de 1668 …”
            Esta primogenitura alcoyana no se sostiene actualmente porque existen abundantes datos históricos sobre fiestas de moros y cristianos celebradas antes de 1668, pero es que algunos de ellos ya se conocían entonces. En el mismo Congreso, el padre Simón Serrano presentó una comunicación, titulada “El origen de las Fiestas de Moros y Cristianos en Caudete”, en la que demuestra que las Fiestas de Moros y Cristianos de Caudete ya existían en 1617, ya que en los artículos 19 y 20 del Reglamento de la Mayordomía de la Virgen de Gracia de 1617 dice que ya se representaba “la Comedia de la Historia de cómo fueron enterradas las imágenes de Ntra. Sra. De Gracia y de San Blas”, conocida como la Comedia Poética y después como El Lucero, que tras diversas modificaciones se convirtió en los actuales Episodios Caudetanos.
            “Art. 19. Que el día de Nuestra Señora (…) Ha de haber solemne Oficio y Sermón, y a la tarde de dicho día, segundas vísperas como las primeras, y acabadas, se haga en dicha Iglesia (parroquial) la primera parte de la Comedia de la Historia de cómo fueron enterradas las imágenes de Ntra. Sra. De Gracia y de San Blas.
            Art. 20. Que (el día segundo) ha de haber solemne oficio y a la tarde vísperas, y después de ellas se ha de representar la segunda parte de la dicha Historia (o Comedia Poética), que será de cómo fueron halladas y desenterradas las dichas imágenes, y acabada, como dice la Historia, se volverán en dicha tarde en procesión las imágenes a su hermita” (página 546).
            Los Episodios Caudetanos, como es sabido, son una comedia equivalente a las Embajadas de los demás pueblos, porque en ella aparece nítidamente el conflicto entre los moros y los cristianos en Caudete, y el mismo Simón Serrano dice que “como se puede comprobar por lo citado, el programa actual de las Fiestas de Moros y Cristianos de Caudete se ajusta en lo fundamental a lo que ya celebraban en 1617 nuestros venerables antepasados” (página 546).
            Y tuvo que ser el villenense Alfredo Rojas quien citara las fiestas de Lleida de 1137 como las primeras documentadas, tomando el dato del libro Las danzas de moros y cristianos de Joan Amades (publicado en 1966), a pesar de que Mansanet conocía perfectamente este libro porque lo cita en su ponencia, al hablar de la clasificación de las Fiestas de Moros y Cristianos que hizo su autor, y en su última comunicación, “Terminología: Fiesta, Moros y Cristianos, Comparsa” (página 823), al hablar del nombre de las fiestas. Precisamente en esta misma comunicación, expuso su preferencia por el término “Fiesta” en singular, en vez de en plural, y por el de filà en vez de “comparsa”, aunque la gramática y el uso general indicaran lo contrario. 4Qué casualidad que sus preferencias coincidieran con las palabras utilizadas precisamente en Alcoi!. Pero claro, según dice en la página 822, “el problema no va a resolverse con gramatiquerías, aunque ayuden a hablar con propiedad para la fiel comprensión del interlocutor”. Parece que no convenció a muchos congresistas, porque en la conclusión nº 13 se dijo que “la asamblea no toma partido en el sentido de llamar a nuestra anual conmemoración con el nombre “fiesta”, en singular, o “fiestas”, en plural. Se aducen razones en ambos sentidos” (página 833).
            Pero fue Rogelio Sanchís Llorens el que llegó más lejos en la defensa de las fiestas de Alcoi. En la novela Vida y obra de Estebanillo González se describen las Fiestas de Moros y Cristianos de un pueblo cercano a Zaragoza en honor a San Joaquín y dicha novela fue editad en 1646, lo que quiere decir que 22 años antes de que se documentaran las fiestas de Alcoi, ya se celebraban y eran lo suficientemente conocidad como para aparecer en una novela del género picaresco. Sin embargo, Rogelio Sanchís Llorens siguió en su empeño por demostrar la “prioridad de Alcoy en la celebración de la Fiesta de Moros y Cristianos” y, para conseguirlo, no tuvo el mayor empacho en suponer que las fiestas descritas en dicha novela eran las de Alcoi, alcanzando así el cenit del chauvinismo alcoyano. El texto siguiente es digno de ponerse en un marco, porque no tiene desperdicio:
            “Por todo lo que antecede cabe plantearse el problema de la prioridad en la celebración de estos maravillosos festejos denominados hoy de Moros y Cristianos. Tan sólo en dos libros del siglo VII hallamos su descripción: el Estebanillo González y la Célebre Centuria. El primero se editó en el año 1646 y el segundo en el 1672. Quizás habrá quien alegue que cronológicamente Alcoy ocupa el segundo lugar, pero óno es muy posible que la narración contenida en aquella novela picaresca del año 1646 se refiera a la fiesta de Alcoy, que entonces debía ya celebrarse de modo similar a como la describe el doctor Carbonell?” (Páginas 530-531).
            Para demostrarlo, tuvo que suponer también que las fiestas de Alcoi existían antes de 1646, suponiendo a su vez que las soldadescas documentadas en 1552 y 1578 eran ya Fiestas de Moros y Cristianos en toda regla, lo cual no es cierto, y que el autor de la novela se equivocó al localizar geográficamente las fiestas mencionadas. En el último párrafo de su comunicación dejó bien patente su intención:
            “Creo que con la comparación de los textos del Estebanillo y de la Célebre Centuria y la aportación paralela de documentos queda patente que el autor anónimo debió referirse a la fiesta de Alcoy a pesar del error de localización, y aunque así no fuera, quedaría demostrado documentalmente que lo allí contado venía venía ya celebrándose en Alcoy con una antelación de más de un siglo. Por lo tanto, cabe suponer que la creación de lo que hoy consideramos una Fiesta de Moros y Cristianos es una gloria alcoyana, o por lo menos que, tal como se encuentran hoy los trabajos de investigación histórica sobre este tema, la prioridad cronológica de su celebración corresponde de un modo indiscutible a la entonces villa de Alcoy” (página 532).
            Y, después de decir esto, seguro que se quedó tan convencido. Parece mentira que fuera Profesor de Historia en un Instituto de Enseñanza Media de Valencia y Cronista Oficial de Alcoi porque, con tantas suposiciones encadenadas y especulaciones sin fundamento, dejó el prestigio de los historiadores por los suelos.
            Como se ve, se dijeron cosas muy pintorescas, aunque afortunadamente fueron las menos. En efecto, hubo una aportación interesantísima de datos sobre gran número de Fiestas de Moros y Cristianos celebradas, tanto en nuestra zona como en otras tan alejadas como las de Galicia, Andalucía e incluso América, así como estudios sobre el aspecto metodológico, literario y musical, pero todo ello se concentró prácticamente en el apartado que llevó el título de Comunicaciones Varias. Otros trabajos trataron sobre los aspectos organizativos de las fiestas, como el económico o el institucional, que son temas muy interesantes para la organización de las fiestas. En algunas, en cambio, se habló de forma más general y, a veces, incluso bastante abstracta. Así, por ejemplo, el sacerdote granadino José Linares Palma tituló su comunicación “Sobre el origen de la Fiesta de Moros y Cristianos” pero, a pesar de este sugestivo título, no utilizó ni un solo dato histórico concreto, ni una sola fecha y ni un solo ejemplo concreto, por lo que hizo una disertación puramente abstracta.
            Y, en muchos casos, las opiniones llevaron una intención moralizante, sobre lo que está bien o mal o sobre cómo deben ser y como no. Pero, esa manera “correcta” de realizar las fiestas, basada a menudo en puras opiniones personales era subjetiva y estaba determinada por las circunstancias del que opinaba. Las opiniones ofrecidas por los congresistas alcoyanos, por ejemplo, dieron una visión “ideal” de las fiestas tomaba como el modelo alcoyano, como se ha visto en la preferencia por el término “Fiesta” en singular, como se dice en Alcoi, en vez de en plural, que es como se dice en los demás pueblos, y por el término alcoyano de filà en vez de “comparsa”, que es el mayoritario en la geografía festera, prescindiendo de lo que la gramática y el uso general indicaran al respecto. O bien, se tomaba como “correcto” un modelo influido en exceso por el catolicismo exacerbado de algunos congresistas, como por ejemplo el sacerdote José Linares Palma, que en su comunicación titulada “La Fiesta de Moros y Cristianos es un hecho histórico, perfectamente unido a la fiesta religiosa de los pueblos” afirmó que “en la Fiesta de Moros y Cristianos se pone de manifiesto el amor a Dios y el amor a la patria” (página 184). Pero José Luis Mansanet, en la misma línea, señaló que “en cuanto a la Fiesta – en especial la de variante valenciana -, lo espiritual ha sido determinante en su constitución y en su concepto” (página 189). Igualmente, se criticaron los anacronismos festeros en las comparsas principalmente, sobre todo por el alcoyano Salvador Domènech Llorens en su comunicación titulada precisamente “El problema de los anacronismos festeros” (páginas 249-256). Mucho más sensato fue el villenense Alfredo Rojas, quien en su ponencia puso el dedo en la yaga y dijo una frase muy real y, a la vez, enormemente respetuosa con todas las poblaciones y con todas las ideologías:
            “A la hora de hacer una pregunta clave, la cual podría ser la representación ideal no sólo entre las variantes fundamentales que distinguen las zonas, sino atendiendo incluso a los diferentes modelos que configuran las de poblaciones en muchos casos inmediatas, la respuesta es sencilla y lógica: cada una de ellas es la adecuada, más aún, la idónea, dentro de la población que le da vida” (páginas 216-217).
            En el mismo sentido que Alfredo Rojas se expresó el filósofo villenense Francisco García Martínez en su comunicación, al decir que “La Fiesta de Moros y Cristianos es la expresión diversiva del modo de ser y sentir de cada pueblo; su dimensión histórico-religiosa es accidental” (página 174).
            Y, a propósito de las fiestas ideales y del perfeccionamiento de las actuales, dijo más tarde Alfredo Rojas con la sensatez que le caracteriza:
            “Por paradógico que parezca, la mayor dificultad que existe para perfeccionar la Fiesta de Moros y Cristianos es una de sus mayores glorias: el ejercicio de la libertad. La libertad y la alegría son las dos columnas básicas que conforman la conducta del participante en el edificio tradicional de la Fiesta” (página 232).
            El sociólogo villenense Restituto López coincidió plenamente con esta idea de Alfredo Rojas en su intervención en uno de los coloquios:
            “Creo que hay una gran diacronía de fase y separación de la visión de la Fiesta en este Congreso, y de la visión verdadera y real del festero. Festero del que creo que nos hemos olvidado totalmente. Como ha dicho en mi comunicación, las fiestas son manifestaciones populares, las hace el pueblo, no se hacen para el pueblo; su finalidad es el divertimento” (página 449).
            Esta separación “de la visión de la Fiesta en este Congreso, y de la visión verdadera y real del festero” venía determinada, según él, por un dirigismo intentaba inculcar unos determinados valores, como la religiosidad, la historicidad o la alcoyanidad. Restituto López coincidió también aquí con sus paisanos Alfredo Rojas y Francisco García Martínez en la idea de que la “representación ideal” adecuada e idónea de la Fiesta es la de cada población, con todas sus particularidades, y no la forma de celebrarla de una ciudad en concreto:
            “No creo que importe para las Fiestas, aunque sí para los ‘mocrilogos’, en terminología del señor Domènech, los orígenes, documentaciones y citas sobre ésta; lo que importa, según el antropólogo social Levy Straus, en un elemento de cultura como es el folklore, es la función que ejerce éste para la comunidad y para el individuo. Ese elemento de cultura – no importa cómo se integre, cada comunidad lo hará a su manera – tenderá hacia el rigor histórico y su forma ideal, tal el caso de Alcoy, o, como en Elda, al desfile-diversión con anacronismos totales, y en ningún caso será criticable, cada comunidad lo integrará a su manera.” (Páginas 449-450).
            Esa manera de concebir la fiesta era, según Restituto López, subjetiva y acientífica porque se hacía al margen de la ciencia y del método científico, por lo que continuó diciendo:
            “Para que pisemos tierra y haya rigor en estas afirmaciones mías, propongo que este congreso encargue a un equipo de sociólogos competente que elabore una encuesta, para que se distribuya a la totalidad de los festeros y saber así la finalidad y motivación que cada festero tiene para salir en su fiesta. Lo repito: las fiestas son lo que son, menifestaciones espontáneas y populares y no lo que una élite erudita quiere que sean” (página 450).
            Como se puede comprobar, hubo una coincidencia en la forma de concebir las Fiestas entre los congresistas de Villena, que era opuesta a la forma de concebirlas por parte de los congresistas alcoyanos, que también coincidían entre sí. Sin embargo, fueron los villeneros los que coincidieron con la concepción de las Fiestas que tiene la sociología y, por tanto, que se defiende en la Universidad. Este concepto de Fiestas y su función en la sociedad la expuso el sociólogo villenense Restituto López en su interesantísima comunicación, titulada “Manifestaciones festeras: óespontaneidad, control o dirigismo?”, y es la misma que había defendido Alfredo Rojas en su ponencia, cuando decía que “la libertad y la alegría son las dos columnas básicas que conforman la conducta del participante en el edificio tradicional de la Fiesta” (página 232):
            “Considerando que cualquier tipo de festejos (incluidos, por supuesto, las Fiestas de Moros y Cristianos) aparecen como intervalos acotados en el tiempo en los que se levanta el control social de la comunidad y en los que la finalidad es la diversión de los componentes de ésta a niveles de ruptura de las normativas sociales, se ve claramentee que la única función de las fiestas es, en principio, esta anarquía de las expectativas de conducta respecto a los demás, la creación espontánea y popular de actividades que cubran ese tiempo y en donde la estructura de esos actos cumplan con su función esencial: descontrol y desrepresión en pacto mutuo entre comunidad e individuo.” (Página 443).
            Esta comunicación es una auténtica lección de sociología aplicada a las Fiestas de Moros y Cristianos, a la vez que una defensa de la fiesta-diversión y a su espontaneidad, que estaría representada por las fiestas de Villena, fue la defendida por otros congresistas villenenses y es la que defiende la sociología. Pero esta comunicación fue también una crítica contra la fiesta-espectáculo, que estaría representada por las fiestas de Alcoi y fue la defendida por los congresistas alcoyanos. Esa diferente manera de ver las Fiestas de Moros y Cristianos que demostraron los congresistas villenenses y los alcoyanos estuvo determinada claramente por las diferencias entre las Fiestas de ambas poblaciones ya que, mientras las de Villena se aproximaban más a la fiesta-diversión, aunque también fueran un espectáculo, las de Alcoi eran y son el prototipo de fiesta-espectáculo, concebidas casi como una representación teatral en la calle en la que la diversión prácticamente ha desaparecido, sustituida por el orgullo de ser festero alcoyano y por la sublimación de su filà y de las fiestas de Alcoi. Este hecho lo explicó muy bien Restituto López en su comunicación y, tras aceptar la necesidad de las instituciones festeras para organizar las fiestas, expuso lo siguiente:
            “Pero la función, clara y precisa, de estas instituciones se ha visto incrementada por un dirigismo creciente, no consciente de los cambios cualitativos y esenciales que está provocando en nuestras Fiestas.
            La fiesta-diversión se está sustituyendo, poco a poco, por la fiesta-espectáculo, hasta tales extremos que la función social y psíquica que para el individuo tienen las Fiestas está desapareciendo.” (Página 444).
            El proceso está representado por las fiestas de Alcoi, aunque se ha ido extendiendo con menor intensidad a las demás poblaciones. Pero, mientras que algunas de ellas, como las fiestas de Villena por ejemplo, han conservado el espíritu de la fiesta-diversión unida a la nueva fiesta-espectáculo y compatible con ella, en otras como Alcoi la fiesta-diversión se ha perdido y se ha sustituido totalmente por la fiesta espectáculo y, entonces, la gratificación que recibe el festero, que tendría que ser la diversión y la alegría, se ha sustituido de forma radical por “la identificación de buenas fiestas – buen pueblo” y por la sublimación de las fiestas alcoyanas. Es entonces cuando aparece la necesidad de mejorar el espectáculo, suprimiendo los anacronismos por ejemplo, y cuando la necesidad de tener las mejores fiestas llega a extremos realmente esperpénticos, como demostraron los dirigentes festeros alcoyanos antes y después del Congreso, y como reflejaron los congresistas alcoyanos a lo largo de él.
            “El proceso de la nueva genética festera es el siguiente: el esplendor y grandeza de un pueblo se identifica con el de las Fiestas. El espectáculo se monta desde el prisma del observador forastero, ya que se descuida en el planteamiento al festero. Lo que más importa son las observaciones hechas por ese observador.” (Página 445).
            Precisamente, esas opiniones personales de algunos congresistas que, lejos de realizar un estudio serio y objetivo de las Fiestas de Moros y Cristianos, sólo pretendían “introyectar” en ellas un dirigismo unificador, subjetivo e idealizante para perfeccionar la fiesta-espectáculo, llevó al sociólogo villenense Restituto López a indicar lo siguente en una de sus intervenciones:
            “Hay una rama de la sociología, la etnología, cuyo representante máximo en España es don Julio Caro Baroja, la cual se dedica a describir el folklore, los ritos, etc. de las comunidades. Pero este congreso no creo que tenga demasiada relación con la etnología, más bien pienso que ha sido creado con la importante función de hermanar a los pueblos con ese algo común que es el folklore, ese folklore tan característico de las Fiestas de Moros y Cristianos.” (Página 453).
            Y resumió el mensaje de su comunicación en su último párrafo, exponiendo en él su visión de las fiestas desde el punto de vista de la sociología:
            “Pienso que si de algo ha de ser positivo y con proyección real este I Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos, es el lo que respecta a tomar conciencia de la espontaneidad y popularidad de las Fiestas, del alza de control social que se tiene que producir en estas comunidades cuando las celebren, de conservar la pureza de la integración que el pueblo hizo de unos hechos, de no olvidar ese tiempo libre necesario entre los actos festeros, ocupándolo con actos dirigidos, y de que intelectualizar la Fiesta, rompiendo anacronismos, haciéndola más veraz y canalizándola hacia un espectáculo es contradictorio e incompatible con la función esencial de ésta.” (Página 447).
            óQuién le iba a decir al autor de estas palabras que el Congreso iba a servir justo para todo lo contrario, naturalmente de la mano de los congresistas y dirigentes alcoyanos?. Con todo, el Congreso fue altamente positivo para las Fiestas de Moros y Cristianos y ese fue el sentimiento general de la mayoría de los asistentes a él. Vale la pena recordar la última intervención en el debate de las Conclusiones Finales, que fue la del caudetano Andrés Bañón Martínez:
            “Yo quisiera hacer constar con toda claridad, la mejor muestra de agradecimiento a todos lo congresistas – creo interpretar su último sentir – a la Comisión ejecutiva, a Villena, a la Virgen de las Virtudes, por la celebración de este I Congreso de Fiestas de Moros y Cristianos, el cual ha permitido, por primera vez, que hablaramos de problemas que nos son y nos van a ser comunes. 4Viva Villena!” (Página 851-852).
            Pero la principal conclusión del Congreso fue la necesidad de crear una entidad supralocal que reuniera a las poblaciones que celebran Fiestas de Moros y Cristianos. Esta idea fue propuesta por el villenense Alfredo Rojas en su ponencia, por el alcoyano José Luis Mansanet en la suya y por el crevillentino José Antonio Aznar Navarro en su comunicación titulada “Confederación Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos”. Alfredo Rojas lo expreso en estos términos:
            “Sugiero la creación de un organismo suprafestero, elegido por todos los pueblos que practican la Fiesta, verdaderamente representativo, que sirva de consultor, más que de ejecutor …” (Página 234).
            La misma idea la expresó el alcoyano José Luis Mansanet y está resumida en las 3 últimas conclusiones de su ponencia:
            . Las Fiestas de Moros y Cristianos de la variante valenciana se hallan básicamente estructuradas de forma análoga, lo que ha originado de modo natural una comunidad festera supralocal, por tener un mismo ideal – la celebración festera – y una problemática que les puede afectar a todos por igual.
            . Partiendo de esa base es conveniente la creación de un organismo supralocal representativo de esa comunidad de intereses, de esa comunidad de instituciones festeras autónomas.
          . Como consecuencia práctica de este Congreso, si contare con una aquiescencia manifiesta, su comisión ejecutiva podría recabar de las poblaciones festeras sugerencias y hombres idóneos de la misma y de otras poblaciones, con los que la Comisión Ejecutiva – y ahí acabaría su cometido como tal – establecería una comisión provisional que decidiría el lugar y forma de proceder para elaborar simples sugerencias o un anteproyecto de organismo supralocal, con su estructura, fines y normas de procedimiento, que luego se sometería a la consideración de las poblaciones festeras.” (Página 391).
            En esta idea hubo bastante unanimidad entre casi todos los congresistas, con las excepciones de los villenenses José Luis Hernández Marco, Restituto López Hernández y José Fernando García Cervera. Estos dos últimos fueron los congresistas “contestatarios” y, según testimonios fidedignos, dos miembros significados de la Comisión organizadora llegaron a pedirle al alcalde de la ciudad, José García Galbis, que los “retuviera” en el Ayuntamiento durante los dias que durara el Congreso para que no pudieran asistir a las sesiones.
            La idea de crear un “organismo supralocal” quedó plasmada en la conclusión nº 28 que, curiosamente, fue redactada de forma idéntica a la 8ª conclusión de la ponencia de José Luis Mansanet. Se pueden comparar los dos textos:
            28ª       “Como consecuencia práctica de este Primer Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos, y por acuerdo de la mayor parte de los asistentes a las deliberaciones, la comisión ejecutiva del mismo recabará, de las poblaciones festeras que éstas sugieran los hombres idóneos de la misma población y aun de otras, con el fin de que la Comisión ejecutiva del Congreso – y ahí acabaría su cometido como tal – estableciera una comisión provisional que decidiría el lugar y forma de proceder para elaborar sugerencias o un anteproyecto de organismo supralocal con su estructura, fines y normas de procedimiento, que posteriormente se sometería a la consideración de todas las poblaciones festeras” (página 843).
            No tardó mucho en formarse esa “comisión provisional” encargada de crear el “organismo supralocal” aprobado en el Congreso y, tan sólo 5 meses después, se nombró en una reunión celebrada en Ontinyent el 16-2-1975 una Comisión que elaborara un anteproyecto de Estatuto. La Comisión celebró sucesivas sesiones de trabajo a lo largo de 1975 en Ontinyent, Ibi, Bocairent, Cocentaina, Alacant y Elda, presididas todas ellas por sus autoridades tanto civiles como festeras. Ultimado el anteproyecto, fue presentado a las entidades festeras en una reunión celebrada en Ibi el 14-12-1975, donde se aprobó el anteproyecto y se decidió que la organización supralocal se denominara UNDEF (Unión de Entidades Festeras de Moros y Cristianos), que su sede estuviera en Villena y que se convocara la reunión fundacional en Alcoi.