I Encuentro Nacional de Música para las Fiestas de Moros y Cristianos realizado en MUTXAMEL.

El presidente de la UNDEF dice unas palabras de presentación hablando de la importancia de la música festera y que no es sólo lo que queremos, sino lo que debe ser. Habla de la importancia de la experiencia festera de Mutxamel, con la organización de los foros de embajadores en años anteriores.
Daniel Ferrero Silvaje habla sobre la importancia del asesor musical en las asociaciones festeras, para conservar y valorar el patrimonio musical de nuestras fiestas. Habla de la vieja idea de que el desfile de la Entrada debe ser un auténtico concierto de música festera, y que no se repitan las mismas piezas. Debe coordinar las piezas que se han de interpretar, intentando sobre todo que se interpreten piezas de los compositores de la propia localidad. Debe hacer la lista de obras interpretadas para la SGAE, para que puedan cobrar los compositores.  Debe proporcionar las hojas correspondientes a las bandas de música para que pongan en ellas lo que realmente están interpretando. Debe ser el enlace con las bandas de música, que deberían estar siempre federadas. Debe de hacer de mediador con ellas cuando hay problemas meteorológicos. También se debe ocupar del desfile de bandas de música. Los intérpretes deben ser rigurosos con la interpretación de la partitura. Hay que cuidar la imagen y el tamaño de las bandas de músicas. Tiene que velar por la dignidad del músico y por la variedad de la música festera.
José Vicente Moltó García habla sobre la actualidad y la aplicación de la música festera. En concreto, sobre el desencuentro entre la música festera y el mundo festero. Debe nombrarse como “música para la fiesta de moros y cristianos”, que tiene su propia razón de ser y su propio fin. La evolución de la música está determinada por la evolución de la fiesta y de la sociedad. Muchas obras surgen por encargo de los cargos festeros y comparsas. Se componen y estrenan muchas obras musicales que enriquecen nuestro patrimonio musical. Pero hay un desencuentro entre la nueva música que se compone y lo que el festero realmente quiere escuchar en la calle. Con algunas composiciones es imposible desfilar por la excesiva complejidad de las piezas musicales y la dificultad en su interpretación. El festero no acepta muchas veces esas obras, y con razón. Hay que invertir tiempo en la búsqueda de las composiciones adecuadas. No debe haber limitaciones a la creatividad, pero sí una correcta utilización de ese potencial. No toda la música puede ser utilizada para los mismos fines, sino que hay que elegir la que sea adecuada para cada momento y lugar. Han proliferado una gran cantidad de compositores de música festera, que encuentran en la fiesta su fuente de inspiración y su destino en la utilización. Influidos por la música ajena a la fiesta, componen a veces obras poco afortunadas y vacías de contenido, que muchas veces no son del agrado de los festeros. Deberían tener, en cambio, estructuras más simples, mejor definidas y con ritmos más claros. Las obras más complejas e innovadoras se degradan al ser interpretadas en la calle por bandas pequeñas y en circunstancias inadecuadas para ellas, y deberían reservarse para los conciertos. El sentido común y la inteligencia de los autores es la única barrera que debe haber, debiendo saber el compositor adónde va destinada las piezas que se componen. Es necesario para todo ello el asesor musical.
Antonio Berná Jover trata sobre el patrimonio cultural que es la música festera. Tras hacer un repaso del origen histórico de la música festera y de las bandas de música en el siglo XIX, principalmente, dice que la música es el cincuenta por ciento de la fiesta, y sin música no hay fiesta. Muchas veces se ha tratado este tema en congresos y simposios, y en 1979 se crea el cargo de asesor musical en la UNDEF, siendo José Mª Ferrero Pastor el primero de ellos. Se celebra el Simposio de música festera en Xixona en 1981 y 1982, se editan los primeros discos de música festera (Alberri, etc.), se celebran certámenes y concursos, etc. José Mª Ferrero plantea en 1983 la creación del archivo musical de la UNDEF, aunque resulta difícil su realización. En el Congreso de Ontinyent, se reitera la necesidad del archivo musical, del asesor musical y de unas normas para la música festera. Se lleva a cabo en la sede de la UNDEF en el Palau Comptal de Cocentaina en 1989, aunque los fondos son muy pobres. En 1995 sólo contaba con unos trescientos títulos, según el asesor Enrique Torró Insa. En octubre de 2001, se celebra el II simposio de música festera en Albaida, y en el 2007 se celebra el 125 aniversario de la música festera en Elx. En 2006, se retoma el archivo musical, con 423 obras musicales, a cargo del asesor musical de la UNDEF Ildefonso San Cristóbal, aunque es un proceso largo y costoso. A continuación, repasa la historia de la música festera y de la banda de música de Monforte del Cid. Hace una propuesta de archivo musical de la Diputación, conciertos de música festera, grabaciones en directo, editar toda la música festera, y crear un depósito legal de la música festera.
            Juan Antonio Martínez Gil habla de la necesidad de un contrato de mínimos con las bandas de música. Ha de ser un convenio de colaboración, y no un convenio laboral, que sería perjudicial. Fiesta y música son inseparables, y los músicos se tienen que involucrar en las fiestas. Tiene que haber un convenio de mínimos para que haya un entendimiento entre las asociaciones festeras y los músicos. La entidad musical nombrará a un representante de la banda, la lluvia sólo determinará el aplazamiento del acto, se debe convocar a los representantes de las bandas si se celebrara una reunión para suspender algún acto, la sociedad musical se presentará al inicio del acto quince por lo menos minutos antes, los gastos de la SGAE correrán a cargo de la parte contratante, y de la sociedad musical hacer el listado de las obras interpretadas, las bandas participaran en los actos festeros con su uniforme propio, las obras serán del repertorio de la banda, y en caso contrario se les facilitarán las partituras para ensayarlas con suficiente antelación, y finalmente los contratos se realizarán únicamente con bandas federadas y deberán reunir los datos necesarios que contemplen las diversas circunstancias que pueden surgir durante la celebración de los actos festeros.
            A continuación se celebró la mesa redonda. Joaquín Soler Cataluña, representante de la Federación de Bandas, dice que la música festera es un género para ser interpretado por las bandas de música y es un signo de identidad valenciano que tiene que ser fomentado por la Federación de Bandas. Tiene que haber un marco regulador entre las asociaciones festeras y las bandas de música. Hay que poner en ese marco la necesidad de contratar únicamente sociedades musicales federadas, de forma obligatoria, el asesor musical en las entidades, cuidar la dignidad del músico y del compositor, y todos los aspectos de la actividad de las bandas que han de regularse en los contratos.
            Álvaro Oltra Pastor, representante de la SGAE, dijo que se ha firmado un nuevo convenio renovando el de 2004. Va a colaborar con la UNDEF en la realización del archivo de música festera. Los creadores de la música se merecen también la retribución económica por sus obras.
            Francisco José García García, representante de los editores de música festera, señala que en la edición de música festera no se están utilizando todos los medios técnicos que se pueden utilizar y que se utilizan en las grabaciones de otros géneros musicales. Se debería grabar la música festera igual que se hace con un disco de música pop, con todos los medios técnicos existentes, sin prejuicios. La música festera es muy buena y se puede escuchar en cualquier parte del mundo, debía de promocionarse en internet, pudiéndose descargar las obras. El uso de internet permite internacionalizar la música de moros y cristianos.
J. Salvador González Moreno, compositor, habla de las dificultades que encuentra a la interpretación de la música festera, hay que ajustar las plantillas de las bandas a las necesidades de las obras, ya que no se ajustan a ellas. Hay que adecuar las plantillas que se exigen en los concursos de composición a lo que realmente va a sonar en la calle. Las bandas muchas veces carecen de los profesionales y de los instrumentos que la interpretación de la composición requiere. La Entrada de Bandas está subvalorada y no se puede lucir interpretando las obras como debería.
            En el coloquio, Manuel Climent pregunta sobre el contrato de mínimos y Juan Antonio responde que no se puede detallar punto por punto. Álvaro le responde que, no por encargarse y comprarse, pierde el autor la titularidad de la obra. Ildefonso añade que el compositor, para ello, tendría que hacer una cesión de sus derechos ante notario al que se la ha encargado. Salvador responde que hay piezas que son muy buenas para un concierto pero no sirven para desfilar. Los compositores deberían tenerlo en cuenta y crear obras que luego se pudiera desfilar con ellas en la calle.
Nicolás Borja critica la contratación de charangas con diez o doce músicos, la falta de indumentaria adecuada, el trato digno a los músicos y la formación de una banda con músicos de otras varias, y no pueden ensayar. Ildefonso le responde que eso es un insulto al compositor. No se pueden interpretar con 12 músicos obras que están escritas para 40. Hay que respetar lo que ha escrito el compositor. Joaquín Soler habla de la reciprocidad entre el músico y el festero. La obligatoriedad de contratar bandas federadas en el convenio de mínimos erradicaría las bandas de “mercenarios”.
Román Francés dice, hablando en valenciano, que no se puede obligar a una banda a que siga tocando cuando está lloviendo porque es inhumano y que hay que cuidar las condiciones del alojamiento de los músicos. Añade que en los años sesenta y setenta se tocaban muy bien las obras con veinte o veinticinco músicos, porque las obras estaban escritas para esa cantidad de músicos. El problema es que en la actualidad se componen obras para demasiados músicos. Le contesta Daniel Ferrero, también en valenciano, diciendo que hay que concretar las condiciones en las que se puede tocar y en las que no. J. V. Moltó le responde, también en valenciano, que con 25 o 30 músicos, no existen los instrumentos necesarios para interpretar las obras.
 José Manuel Vicedo pregunta si tiene que enviar las partituras a la UNDEF. El contrato de mínimos es urgentísimo. Joaquín Soler dice que, para el contrato de mínimos, primero se tienen que poner de acuerdo los músicos, que muchas veces no están de acuerdo.
Manuel Aznar, en valenciano, habla de la necesidad de educar a los festeros sobre la música, sobre los contratos a las bandas, sobre los certámenes de música, el archivo de música festera y su difusión en internet. Joaquín Soler, también en valenciano, responde que tendrían que estar sujetas a la legislación vigente en cuestión de impuestos, y concretamente al IVA.
Ramón García i Soler, en valenciano, dice que la música es música y desde ACMMIC promueven la difusión de la música festera, y que no se puede limitar o encorsetar la música festera a un estilo concreto. La interpretación en la calle no desmerece las obras, si se hacen partituras para instrumentos opcionales. La música festera se ha elevado a música de concierto. La culpa de que no le guste determinada música a los festeros es, según él, de los festeros que sólo oyen los “cuarenta principales”, es decir, porque son ignorantes y no tienen preparación ni educación musical (¡toma ya!).
Antonio Martínez habla del archivo de música de la UNDEF y de su difusión en internet, en página web de la UNDEF. Álvaro le responde que no es cosa de la SGAE el hacer una concesión, sino sólo que se puedan poner unos pocos minutos en internet. Daniel Ferrero dice que lo que quieren los compositores es que su música se difunda lo más posible, pero que no puede estar completa en internet porque luego se tiene que comercializar. Julio Sánchez dice que Spotfy es como una emisora de radio y que está autorizada por la SGAE.

 
dipticoE. musica